El radar gay es una farsa
Por alguna razón extraña y ajena a mis cavilaciones la gente nos atribuye ojo de buen cubero a quienes somos de esta especie para reconocernos entre nosotros. Despistados de todo tipo (tanto heteros como homo) imaginan que pertenecemos a la misma secta, profesamos el mismo credo, nos agrupamos en el mismo sindicato y somos de la misma masonería. Y que por eso nos reconocemos.
A eso le llaman radar gay, y es una farsa. Tengo razones para afirmar esto:
1. Nadie sabe exactamente cómo rayos funciona el radar gay, así que en esencia es un concepto vago. La verdad es que ni siquiera las mismas lesbianas están de acuerdo. He oído diversas definiciones, unas menos mesuradas que otras: Que es un conjunto de rasgos que sólo nosotros reconocemos (así como ciertos animales reconocen a sus hijos por el olor); que es una especie de "chip" orgánico que nos permite identificarnos entre nosotr@s (acabo de acordarme de esas películas estadounidenses de robots sicópatas); o que es un "algo" que enciende una alerta cuando estás cerca de alguien como tú (la más vaga de las respuestas y que le da un aire misticoide a la cosa) .
2. La idea de radar gay me remite a una colectividad homogénea en sus atributos principales, es decir al estereotipo. El estereotipo se alimenta de la resistencia a creer que, fuera de la atracción sexual por personas del mismo sexo, no hay ningún otro rasgo decisivo que defina la homosexualidad.
Y esto nos lleva a la tercera razón:
3. El radar gay alimenta estereotipos. La vez pasada una amiga y yo mirábamos a un grupo de chicas que venían de jugar fútbol (les cuento que están creciendo los equipos femeninos) y mi amiga me dice que está totalmente segura de que todas son lesbianas. O sea, porque tienen modales masculinos y se visten con ropa futbolera significa que son lesbianas necesariamente. Si yo fuera hetero me quejaba porque no es posible que por ende se piense que las heteros no hacen o no quieren hacer ese tipo de cosas. Resulta que nosotras mismas estereotipamos.
¡Y luego nos quejamos de los estereotipos!