"Con tal que no se meta conmigo..."

¿Quién no ha escuchado esta frase antes?

En estos tiempos de postmodernidad, tecnología y neoliberalismo cada vez más gente se da cuenta que no es políticamente correcto ser homofóbico. O sea, el que menos tiene su amigo gay o su amiga lesbiana pero te sale con que "no, ningún problema, normal nomás, con tal que no se meta conmigo".

Y tienen razón en tener miedo, después de todo no es lo mismo que se te mande un hetero a que se te mande una lesbiana. O sea, si viene un hetero y te dice "am'ía, am'ía ¿me puedo presentar? ¿qué estudias? ¿computación? chéere ¿vas al boulevard?" y terminas con él bailando alguna canción con palabras como pana, mami, gozal entre otras, estás dentro de una convivencia social común y corriente.

Y si nosotras nos mandamos... ¿Qué? Será el fin del mundo pues. Tanto temor de algunas heteros que cuando hablan de su amiguita lesbiana suelen decir: "ay, con tal que no se me mande". ¿Creen que todas las lesbianas nos vamos mandar? ¿Tan lindas se sienten? ¿De verdad tienen tanta autoestima? ¿Pero qué creen que les va a pasar? ¿Cómo creen que nos mandamos las lesbianas? ¿Creen realmente les sucederá algo malo cuando se les mande alguna lesbiana?

Les contaré el secreto, mis queridas y temerosas amigas heterosexuales:

¡¡¡ Síiiiii !!!!! Todas nos mandamos con todas, con cualquier chica, no hacemos distinciones. Apenas ponemos los ojos en alguna heterosexual, nos acercamos a ella, nuestros impulsos van hacia TODAS las mujeres, sin distinción alguna ¡todas peligran! no importa que sea Martha Chávez o Luz Salgado, nos da igual porque nuestro plan es convertir a todas las mujeres en lesbianas. Así que cuando nos gusta una nos acercamos reptando silenciosamente y las atraemos mediante hipnosis cantando una versión en sánscrito pre babilónico de cualquier canción de Héctor y Tito, sacamos nuestros largos tentáculos, las atrapamos con ellos ¡y les chupamos toda la sangre hasta volverlas lesbianas!



Así que advertidas están.